Dios recompensa la generosidad

Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús y los secó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. (Juan 12:3)

Siempre tiene sentido ser generoso con Dios porque Él siempre es generoso con nosotros. Realmente, Dios es más que generoso en su amor hacia nosotros; Él es extravagante. Este versículo es parte del relato en los Evangelios de alguien que fue extravagante en su amor hacia el Señor.

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