Necesitar, codiciar o sembrar

Pero esto digo: El que siembra escasamente, también segará escasamente; y el que siembra generosamente, generosamente también segará. Cada uno dé como propuso en su corazón: no con tristeza ni por obligación, porque Dios ama al dador alegre. Y poderoso es Dios para hacer que abunde en vosotros toda gracia, a fin de que, teniendo siempre en todas las cosas todo lo necesario, abundéis para toda buena obra.
2 Corintios 9:6-8

Pablo, escribiendo bajo la dirección del Espíritu Santo, comienza declarando la ley más básica acerca del dar. Esta es la misma verdad que Jesús nos comunicó en los evangelios: Dad y se os dará; medida buena, apretada, remecida y rebosando darán en vuestro regazo, porque con la misma medida con que medís, os volverán a medir. (Lucas 6:38).

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